29 junio 2006

Llueve hace tanto tiempo que el agua ya es parte de mi respiración. Hablo solo cuando voy por la calle y las palabras forman burbujas en el aire. Los peatones prudentes se cruzan de vereda, no quieren saber lo que pienso, porque es lo mismo que piensan ellos. Prefiero nadar a caminar, aunque me lleve más tiempo llegar a ningún lado, que no es lo mismo que no llegar.
Estoy hasta los huesos de soledad. Otra vez perdí el camino, otra vez caí en la trampa del tiempo muerto. Dos o tres elecciones desafortunadas y la puerta de salida se aleja con rapidez de tus pasos, confundís el cielo con el suelo y ya no vez adentro ni afuera, derecho ni revés. Pataleás en el vacío.
Aprieto en mi bolsillo la llave que me a sacar de esta prisión de irrealidad, y pateo mi sombra como a un caballo, la aliento a seguir andando. Perdí de vista la estrella que me guiaba, pero no me voy a detener, aunque sólo sea por pura insensatez, por la bruta intuición del deseo. ¿Hay alguien del otro lado del espejo, alguien que escuche esta plegaria?


Tomas Cardoso - Plegaria (gracias por compartirlo)