
Estoy hasta los huesos de soledad. Otra vez perdí el camino, otra vez caí en la trampa del tiempo muerto. Dos o tres elecciones desafortunadas y la puerta de salida se aleja con rapidez de tus pasos, confundís el cielo con el suelo y ya no vez adentro ni afuera, derecho ni revés. Pataleás en el vacío.
Aprieto en mi bolsillo la llave que me a sacar de esta prisión de irrealidad, y pateo mi sombra como a un caballo, la aliento a seguir andando. Perdí de vista la estrella que me guiaba, pero no me voy a detener, aunque sólo sea por pura insensatez, por la bruta intuición del deseo. ¿Hay alguien del otro lado del espejo, alguien que escuche esta plegaria?
Tomas Cardoso - Plegaria (gracias por compartirlo)
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